FIESTA EN HONOR A LA VIRGEN DEL ROSARIO
Javalí Viejo, 14 de octubre de 2001
- 8.00 h. Rosario de la Aurora. (Salida desde la iglesia parroquial).
Orden de colocación de las campanas y cantos:
- Campana de Auroros Virgen del Rosario (Javalí Viejo).
Altar Mayor. Antes de comenzar el Rosario. - Campana de Auroros Virgen del Rosario (Javalí Nuevo).
Plaza de la Iglesia. Antes de comenzar el Rosario. - Campana de Auroros Virgen del Rosario (El Palmar).
Al finalizar el Primer Misterio. - Campana de Auroros Nuestra Señora del Rosario (Abanilla).
Al finalizar el Segundo Misterio. - Campana de Auroros Nuestra Señora del Carmen (Rincón De Seca).
Al finalizar el Tercer Misterio. - Campana de Auroros Nuestra Señora del Rosario (Santa Cruz).
Al finalizar el Cuarto Misterio. - Campana de Auroros Virgen de la Aurora (Alcantarilla).
Al finalizar el Quinto Misterio. - Campana de Auroros Nuestra Señora del Rosario (Rincón de Seca).
Plaza de la Iglesia. Al finalizar el Rosario.
- 9.15 Misa en la iglesia parroquial
Orden de colocación de las campanas y cantos:
- Entrando a la iglesia, a la izquierda: Carmen (Rincón de Seca), Abanilla, Rosario (Rincón de Seca), Alcantarilla.
- Entrando a la Iglesia, a la derecha: Javalí Nuevo, Santa Cruz, Javalí Viejo, El Palmar.
Los estandartes serán dejados en el altar mayor.
- Entrada. Aurora de El Palmar.
- Antes de la primera lectura. Aurora de Abanilla.
- Después de segunda lectura. Aurora de Santa Cruz.
- Ofertorio. Aurora de Javalí Viejo.
- Aurora Nuestra Señora del Rosario (Rincón de Seca).
- Padrenuestro. Aurora de Javalí Nuevo.
- Comunión. Aurora Nuestra Señora del Carmen (Rincón de Seca).
- Salida. Aurora de Alcantarilla.
Entrega de obsequios a las campanas de auroros
Clausura
Intervención de don José Francisco Navarro Serrano
Presidente de la Junta Vecinal de Javalí Viejo
Artículo
La cofradía del Rosario de Javalí Viejo y su campana de Auroros. (Antonio Ruiz Gómez)
La cofradía del Rosario de Javalí Viejo y su campana de Auroros
Apunte histórico de una antigua tradición religiosa y musical
A los auroros actuales de Javalí Viejo, herederos de una bella tradición, para que mantengan siempre viva la Aurora de su pueblo
Podemos decir con cierta propiedad, que tanto el canto como el ritual de los auroros de la Huerta de Murcia, constituye una de las señas de identidad más características de toda la cultura tradicional y popular de la Región de Murcia. Por su importancia, el estudio de sus orígenes y su significado ha sido llevado a cabo por diversos especialistas, musicólogos, escritores e historiadores, que han aportado su visión particular acerca de este fenómeno de tan honda tradición. Hemos de considerar inicialmente, que no estamos sólo ante un conjunto de voces masculinas que entonan unos cantos que nos parecen como lejanos en el tiempo, sino que también se trata de comprender que existe un ritual, que ha sido heredado de forma conjunta e inseparable con dichos cantos religiosos.
Una primera pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿cuál es el origen de ese ritual religioso específico de los auroros?. En otras palabras, ¿qué significado tienen los símbolos propios de los auroros, tales como el farol, la campana, el estandarte?. Probablemente tengamos una respuesta clara a esta cuestión. Desde la Baja Edad Media, en la España peninsular se comienzan a configurar estructuras urbanas que permiten el nacimiento de cofradías y hermandades, generalmente al amparo de gremios de artesanos y comerciantes. El movimiento gremial y las cofradías de oficios se encuentran fuertemente desarrollados en las ciudades durante el siglo XIV y sobre todo durante el siglo XV. Las ordenanzas de estos gremios son inicialmente de carácter laboral aunque a lo largo del XVI ya empiezan a incluir normas y formas propias de tipo religioso, comunitario y asistencial, colocándose bajo la advocación de la Virgen María y diversos santos cristianos. No se trata de decir que las Cofradías de la Aurora existiesen ya en los siglos XIII y XIV, pues el esplendor de las mismas tenemos que situarlo en el XVIII, sino que la formación de grupos alrededor de una advocación religiosa concreta se sitúa en esos siglos.
No olvidemos que se trata de siglos que contemplan una clara ofensiva cristiana, de la mano de los monarcas castellanos y aragoneses, en su lucha por desplazar dos religiones presentes en nuestro suelo, la religión islámica y la judía.
El trabajo mas interesante publicado sobre los auroros es bastante reciente. Se trata de “Los Auroros en la Región de Murcia” Editora Regional de Murcia 1993. La coordinación de dicha obra, magnífica recopilación de artículos, conferencias y monografías, se debe al trabajo tenaz y riguroso de Joaquín Gris Martínez, auroro perteneciente a la Campana de Santa Cruz, que contó con la colaboración de varios investigadores sobre la materia. Uno de estos investigadores, Carlos Valcárcel Mavor, en su artículo titulado “Gloriosa vejez de la aurora murciana” afirma que “las Hermandades de la Aurora nacen en las postrimerías del siglo XVI y en todo el siglo XVII, lo que no quita para que otras muchas existentes hoy tengan una fecha fundacional más reciente”. No obstante, si nos atenemos a lo que afirma José Carlos Agüera Ros en su obra “Un ciclo pictórico del 600 murciano. La Capilla del Rosario”, la Cofradía del Rosario de Murcia, probablemente la primera que contó con un grupo de auroros, se configura de forma definitiva a finales del siglo XV, como consecuencia del movimiento rosariano impulsado por el dominico bretón Alain de la Roche a partir de 1470, fecha clave en la historia de las Cofradías del Rosario. Desde Francia, el movimiento se extendió primero a Flandes y Alemania y después al resto de Europa.
La Orden de los Predicadores o dominicos llegó a Murcia el 1253, coincidiendo con la conquista cristiana de la ciudad, ocupando diversas casas situadas junto al Alcázar Sagir, donde después se edificó el templo de Santo Domingo y el convento que ocupaba la actual plaza Romea y actual teatro. Desde el nacimiento de la Cofradía del Rosario en Murcia, está probada la estrecha vinculación entre la misma y la Orden religiosa de los Predicadores.
Precisamente en Murcia, una vez consolidada la Cofradía del Rosario y con bastante raigambre en la ciudad, a expensas de las limosnas de los cofrades se inicia la construcción de la capilla del Rosario, cuya puerta principal se abre a la actual plaza de Santo Domingo. La Capilla del Rosario de dicha cofradía se comienza a edificar en 1543, acabándose su construcción en 1591, año en que se traslada la imagen (6 de octubre) de la Virgen del Rosario desde el altar mayor del templo dominico, en donde había estado durante mas de medio siglo, hasta la magna capilla erigida en su honor. (A la puerta de esta capilla del Rosario de Santo Domingo, como gesto simbólico y con motivo de la misa de gozo de San Nicolás de 1999, cantó un villancico la Hermandad de la Aurora de Javalí Viejo). Por tanto y a tenor de todo lo referenciado, queda claro que en Murcia existe la Cofradía del Rosario desde finales del siglo XV, aunque el auge y esplendor máximo lo alcanza en la segunda mitad del XVI.
¿Con qué finalidad se constituían estas Cofradías religiosas?. Se conjugan dos aspectos, los devocionales y religiosos en donde se incorporan rituales tradicionales, y los asistenciales, estos últimos enfocados sobre todo al derecho a unas exequias piadosas y sufragadas por la Cofradía con motivo del fallecimiento de algún cofrade. Los gastos de funcionamiento corren a cargo de los hermanos cofrades, a través de limosnas o las llamadas tarjas o cuotas. Por último señalar que también son instrumento para difundir y propagar las verdades de la fe cristiana entre el pueblo llano. Los dominicos consideraron el rosario como un eficaz medio de explicar los principios de la doctrina cristiana, a través de los quince misterios junto con el rezo del Padrenuestro y el Avemaría. Además, según la tradición dominicana, se atribuye directamente a Santo Domingo la instauración del rezo del Rosario como plegaria a la Virgen, y por ende a los dominicos fuertes impulsores de la creación de este tipo de cofradías.
El 7 de octubre de 1571 se produce la victoria naval de Lepanto frente al imperio turco. Es el triunfo de la cristiandad ante un imperio islámico que amenazaba el occidente europeo. El triunfo es atribuido en ámbitos eclesiásticos a la supuesta intervención de la Virgen del Rosario. Gregorio XIII instituye tres años después en ese día la fiesta a la Virgen del Rosario, siendo obligatoria su celebración en aquellas iglesias que tuviesen capilla o altar dedicado a la Virgen. Este hecho histórico, de gran repercusión en toda Europa, va a suponer un reforzamiento de todo el movimiento cofrade bajo la advocación de la Virgen del Rosario. En Murcia, este hecho se traduce en un fuerte impulso a las obras de construcción de la Capilla del Rosario, que queda consagrada en 1575 por el obispo Chistopolitano de Valencia.
En la interesante obra de Pedro Díaz Cassou “Pasionaria Murciana. Cuaresma y Semana Santa en Murcia” Madrid 1897 hay un capítulo titulado ¡Salve Stella Matutina! que nos explica con todo detalle aspectos relacionados con los auroros, tales como la despierta, el rosario, la misa de la aurora, etc. Así, sabemos que la Cofradía del Rosario de Santo Domingo tenía establecida la “despierta de la aurora”, probablemente desde sus orígenes. Lo conocemos por el siguiente hecho: a fin del siglo XVII, bajo la monarquía de los Austrias quedó establecida en toda España la “queda”. Concretamente, a partir del día 14 de Abril de 1684, desde las diez en invierno y desde las once en verano y hasta el alba, Murcia por mandato de su Ayuntamiento quedaría en silencio y al cuidado de las rondas. La Cofradía del Rosario pidió ser exceptuada de la queda, apelando al sentido religioso de las despiertas. La petición no fue atendida y el Cabildo Municipal dictaminó lo siguiente “que no se permitiese por las rondas ninguna despierta que los devotos hacen por las casas de otros al amanecer de los domingos, con música de campanas y coplas de jácara, para oír primera misa, lo cual es irreverencia”.
Bajo Felipe V, primer Borbón, se restableció la despierta de la Aurora, que volvió a salir de la Iglesia de Santo Domingo desde el 17 de Agosto de 1719 en domingos y fiestas. Después de la despierta y salve, sacaban los auroros su Virgen, Nuestra Señora de la Aurora, y cantado el rosario salía por la puerta que se abre a la Plaza de Santo Domingo, llegaba hasta el actual Arco de la Aurora, en donde existía un nicho con otra imagen de la Virgen, regresando a continuación por la puerta de salida. A continuación se decía misa que cantaban los auroros.
En el libro antes citado de Pedro Díaz Cassou, existe una referencia al pueblo de Javalí Viejo, lugar de residencia entonces del jefe de Artillería jubilado D. Nicolás Fontes y Álvarez de Toledo, así como del taller de bordados a cargo de sus hijas, en donde se confeccionaban estandartes que después se procesionaban en la Semana Santa murciana.
En lo que respecta al origen de los cantos populares y religiosos de los auroros, D. José Pérez Mateos con motivo de un ciclo de conferencias promovido por la Diputación Provincial de Murcia en 1942 sobre temas de interés regional, llega a afirmar en la suya titulada “Los cantos regionales murcianos” que tanto la “Las Correlativas” como “El Tercio” son los mas característicos cantos de los auroros en los siglos XV y XVI, actuando sólo en Semana Santa. Se trata en su opinión de “un arte lleno de influencias orientales que denota una señalada raíz bizantina”. Afirma el Dr. Pérez Mateos que en “Las Correlativas”, se desconoce el significado de su nombre y que la composición musical es independiente y anterior a la composición poética, siendo pues las letras un elemento accesorio, lo cual explica que se conozcan dos versiones que con la misma estructura musical responden a letras distintas.
Con todos estos antecedentes, la cuestión que nos planteamos ahora es la siguiente ¿cuál es entonces el origen histórico de la Cofradía del Rosario de Javalí Viejo?. En un artículo de D. Francisco Javier Flores Arroyuelo titulado “Los Auroros de la Huerta de Murcia” se detallan elementos que explican con detalle el origen de dicha Cofradía. En un informe elaborado en Murcia en 1771, en el Reino de Murcia se constata la existencia de 688 cofradías, distribuidas entre 68 poblaciones de un total de 71 consultadas. Sin duda, en Murcia, una de las cofradías que contó con un número mayor de cofrades fue la que se amparó en la devoción de la Virgen del Rosario o Aurora, por gozar de mayor popularidad. El musicólogo Dr. D. José Pérez Mateos en su trabajo “Los cantos regionales murcianos” antes citado, llega a afirmar que los coros de auroros existían en todas las parroquias. La propagación de las cofradías parroquiales está en concordancia con las directrices dadas por la iglesia según la doctrina emanada del Concilio de Trento, como medio para propagar la doctrina verdadera. Aparte de que la orden dominica se sirvió del rosario como un nuevo género de peregrinación y como camino para obtener la salvación. A lo largo del siglo XVII coinciden dos hechos, la propagación en España del dogma de la Purísima Concepción y la multiplicación de las Cofradías del Rosario. El rey Felipe IV dicta un auto en 1665 “para extender la devoción del Rosario de Nuestra Señora y que se rece cada día en las iglesias, se debía escribir a los obispos de los distritos de cada partido para que exhorten a los curas y prelados de los conventos a que introduzcan esta devoción, … y que lo mismo se haga con los justicias y corregidores de estos reinos”.
Con todo, el antecedente directo de la Cofradía del Rosario de Javalí Viejo se encuentra en la exposición que se hace a continuación. Fruto de la investigación de D. Emilio Sánchez Baeza en el Archivo Parroquial de La Ñora, recogida en su obra “La Ñora, ayer y hoy”, se sabe de un documento dado el 9 de Octubre de 1663 por el que fray Pedro de Arrabia, Maestro y Prior del convento de Santo Domingo el Real de la ciudad de Murcia, instituye en la “Iglesia Parroquial de La Ñora la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, para que entren por cofrades en ella todos los fieles de ambos sexos, y puedan ganar las gracias, privilegios, jubileos e indulgencias y otro cualquier género de gracias concedidas por los sumos pontífices a los cofrades de dicha cofradía con tal que han de ser inscritos en el libro por mano del Sr. Cura en presencia del escribano de dicha cofradía que al presente es Pedro de Sibilla en la cual se defina o señale. Otrosí, con tal que todos los años al abrir la fiesta principal de Nuestra Señora del Rosario que se celebra el primer domingo de octubre, tenga obligación el mayordomo y su compañero o en su ausencia el escribano de dicha cofradía a traer a dicho libro para que lo firme el muy reverendo padre prior que por tiempo fuere de este dicha convento, y así mismo los nombres de los cofrades difuntos para que se apliquen los sufragios que por tales cofrades suelen aplicarse, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Por el año de su institución, probablemente se trate de una de las primeras Cofradías del Rosario de la Huerta de Murcia y queda de manifiesto la intervención de la orden dominica en su fundación.
A la Cofradía del Rosario de La Ñora pertenecían los vecinos de Javalí Viejo al no existir parroquia aún en esta población y estar considerada como anexo de La Ñora. (Recordemos que el 20 de Diciembre de 1901 es nombrado D. Joaquín Donat Ferrándiz “cura propio” de la Parroquia de La Purísima Concepción de Javalí Viejo, dejando de figurar la palabra “anejo o ayutriz” de la parroquia de La Ñora). Así pues, en el libro de defunciones de la Parroquia de La Ñora, constan partidas de defunción de vecinos de Javalí Viejo a los que se les aplica misa cantada de réquiem como hermanos que eran de la Cofradía del Rosario o Aurora de La Ñora.
La Cofradía de María Santísima del Rosario de Javalí Viejo fue aprobada por el obispo de la diócesis D. José Jiménez el 15 de Enero de 1816, según se puede comprobar en las constituciones de dicha Cofradía que se conservan en el Archivo Parroquial de Javalí Viejo. Hay que observar que en el documento fundacional se dice que “la citada Hermandad estaba unida a la del Lugar de La Ñora. Que por ciertas etiquetas que habían mediado, se habían separado, de modo que se encontraba sin culto y cuan imposible de poderse dar sino se formaban las correspondientes constituciones al efecto”. Todo lo apuntado nos hace indicar que en Javalí Viejo existía desde mucho antes una capilla dedicada a la Virgen del Rosario, y era necesario oficializar su culto mediante las correspondientes constituciones. La primera de estas constituciones comienza de esta forma “Que esta Cofradía sea y se entienda de María Santísima del Rosario, con el glorioso título de la Aurora”. La imagen de la Virgen estaba colocada en la anterior iglesia en amplia capilla, con mucho fondo, en la parte derecha; estaba adornada con motivos alusivos al Rosario en color azul. Esta capilla de Nuestra Señora del Rosario, tan destacable sobre todas las restantes de la iglesia, pudiera ser la primitiva ermita de Javalí Viejo que posteriormente daría lugar a la iglesia que en 1955 fue derribada para edificar el actual templo parroquial. De su importancia en aquel momento, da fe el hecho de que tuviera dos enterramientos correspondientes a dos sacerdotes nacidos en Javalí Viejo. Uno de ellos, D. José Almela Baeza falleció en 1795, lo cual nos revela la existencia de la Capilla del Rosario como mínimo 20 años antes que la constitución de la Cofradía del Rosario.
Las doce constituciones de la Cofradía reflejan con todo detalle los fines y actividades que la misma tenía. Así, se señala a lo largo de ellas lo siguiente: “las personas que se hallan de incorporar a ella puedan ser de uno y otro sexo y de toda clase de estados, siendo de edad adultos… y no encontrándose tacha que pueda entibiar los ánimos de los demás”; “el Santísimo Rosario haya de salir por las calles del Lugar de Javalí Viejo, anejo de la Parroquia de La Ñora, dos veces en todos los días de fiesta, la una por la madrugada antes de la misa de alba que se celebra en dicho lugar… y para el acto de convocar a las fieles a esta santa devoción por las madrugadas de los días festivos, dicha cofradía habrá de nombrar hermanos de bastante madurez que hagan dicha convocatoria sin tropel, bullicio ni desenvoltura, procurando hacer este Santo convite con algunos cánticos jaculatorios, excusando otros que no sean reducidos a dichos fines”; “que todos los hermanos que en lo sucesivo se hayan de alistar en esta Cofradía, hayan de dar de entrada cada uno, en particular y por una vez seis reales de vellón y media libra de cera y además han de quedar obligados a contribuir seis maravedís cada domingo”; “que cuando se verifique la muerte de algunos de los hermanos, se les haya de contribuir a dicho difunto del fondo de esta Cofradía media libra de cera en dos velas para alumbrar su difunto cuerpo hasta la hora del entierro… y además ha de dar doce reales de vellón, limosna de una misa cantada de requien que al dicho difunto se le deberá aplicar”; “que esta Cofradía ha de celebrar todos los años una festividad en honor y gloria de Dios nuestro Señor y de María Santísima del Rosario con toda la solemnidad que permitan las circunstancias”; “que dicha Cofradía haya de celebrar todos los años un aniversario general aplicado por los hermanos difuntos… y cuando en su debido tiempo salga este Señor Sacramentado para los impedidos hayan de acompañar ocho hermanos con iguales faroles, procurando los que los lleven ir decentemente vestidos y acompañar con profunda veneración y reverencia”; “que esta Cofradía haya de tener los libros necesarios para su régimen y gobierno y cera suficiente para sus funciones y también un arca de tres llaves para depositar sus caudales y alhajas y libros de cuentas”; que sea del cargo de los dichos Tesorero y Comisarios nombrar dos celadores procurando que estos sean hombres de peso que puedan dirigir el Santísimo Rosario por las calles que convenga, y de estos nombrar dispertadores que cumplan con su ministerio en la forma prevenida, y justamente será del cargo de los referidos celadores el nombrar cantores que canten el Santísimo Rosario en el modo mas quieto y suave, sin multitud de voces que mas sirven de perturbación y ruido que de dulzura y devoción”.
Hasta el año 1855, en el mismo documento oficial que contiene las Constituciones, se conservan las actas de los Cabildos celebrados por la Cofradía de la Aurora de Javalí Viejo.
Para finalizar este breve apunte histórico quiero señalar, extraído del capítulo antes citado de “¡Salve Stella Matutina!” (“Pasionaria Murciana”. Pedro Díaz Cassou. 1897) un párrafo completo que expresa como comienza y desarrolla una despierta de auroros. La primera salve se canta a la Virgen del Rosario en la puerta de su capilla. Una vez acabado el saludo de presentación ante la Virgen, con tres fuertes golpes de la campana en la puerta de la iglesia, al acabar el último dice con fuerte voz:
“Ave María Purísima
Sin pecado concebida Santísima, responden los acompañantes; y despertando al dormido, y recreando al insomne, y consolando al triste, y confortando al doliente, y levantando el espíritu de todos en alas de la religión, de la poesía y de la música, suena y se eleva vibrante un canto cuya belleza no se puede imaginar ni describir: el canto de la Aurora. Mas de una cuadrilla lo canta en la ciudad, en los pueblos de la huerta hay también sus cuadrillas, el canto de cada una llega casi donde se apaga el de la otra, y el de todas, sube en el espacio con el perfume de las flores matutinas y se eleva al cielo donde reside la Stella matutina del cristiano; es Murcia, es su huerta, es todo el valle, cuya primera palabra al despertar es un saludo a la Virgen:
¡Salve regina mater!”
En otro párrafo nos dice: “La costumbre que tienen los auroros de ejecutar esta música, les da gran facilidad para la unión y correcto desempeño de ella, produciendo efectos verdaderamente bellos, que sorprenden, teniendo en cuenta que en su mayor parte son albañiles y gente jornalera que no tienen noción alguna musical”.
De forma intencionada, han sido muchas las cuestiones que he dejado sin detallar y otras ni tan siquiera apuntar. En posteriores escritos y comentarios iré relatando aspectos tales como las estructuras de gobierno de las antiguas Cofradías, la reconstrucción de la Cofradía del Rosario de Javalí Viejo una vez acabada la guerra civil, la última reconstrucción de 1995, el repertorio de salves (origen y estructura musical) de la actual Campana de Auroros, los cantos de la Hermandad de la Aurora para los ciclos de Navidad y Mayos, etc. Son cuestiones que es conveniente ir reflejando por escrito para que se vaya creando un fondo documental referido a la Hermandad de la Aurora que pueda servir de guía a todos los que quieran conocer en detalle nuestra Hermandad de la Aurora y su Campana de Auroros.
Antonio Ruiz Gómez
Hermandad de la Aurora
Javalí Viejo