Son numerosas las salves que componen el cantoral de los auroros de Javalí Viejo. Para no hacer muy extenso artículo, sólo insertaré tres salves de tiempo ordinario, dedicadas una a la Virgen de la Fuensanta, otra a la Virgen del Rosario y la última a San Antonio. La letra de cada una de ellas es la siguiente:
Salve Virgen de la Fuensanta
Divina flor de las flores corona de las estrellas lucero claro y divino luna clara y siempre llena. Sois Virgen de la Fuensanta aquella rosa primera que subió a gozar del Cielo sentada a la mano diestra. Ninguno plante jardines ni en tal cosa se entretenga y que vaya la Fuensanta y verá una rosa bella. Séquense todas las flores el lirio y las azucenas y la flor de Alejandría la flor del lirio y violeta. Oh jardín de corazones nacido sobre la tierra que como Madre de todos siempre está de medianera. Acudan de todas partes los que con devoción vengan alcánzanos el perdón de esta Soberana reina. Sois Virgen de la Fuensanta reina del cielo y la tierra alcánzanos de tu Hijo por siempre la Gloria Eterna. Copla A la Madre del Divino Verbo todos acudamos con gran devoción como hija del Eterno Padre abogada nuestra y Madre de Dios.
Salve Virgen del Rosario
Dios te salve Aurora bella Madre del Verbo encarnado, refugio de pecadores Madre mía del Rosario. Por aquellos nueve meses que llevasteis encerrado, a Jesucristo en tu vientre Madre mía del Rosario. Cuando nació vuestro Hijo los pastores le adoraron, ángeles y serafines Madre mía del Rosario. Caminando para Egipto con tu Hijo muy amado, huyendo del Rey Herodes Madre mía del Rosario. Con contento le buscabais y con tu pecho sagrado, le disteis los alimentos Madre mía del Rosario. Se aumentaron más tus penas a los treinta y tres años, para librar a los hombres Madre mía del Rosario. Por tu Rosario inefable Madre de Misericordia, alcánzanos de tu Hijo que nos de la Eterna Gloria. Copla Quince rosas contiene el Rosario si tú las contemplas con gran devoción, amarillas, tristes y gozosas siendo la carrera de la salvación. Vámosle a aplaudir Dios te salve custodia divina sagrario y pureza, Más que un serafín custodia divina sagrario y pureza más que un serafín.
Salve de San Antonio
Glorioso Antonio de Padua tu mereces la victoria porque en tus brazos mantienes al mismo Rey de la Gloria. A las orillas del río a predicar te marchabas y los peces al oírte corriendo salen del agua. Hasta las aves del campo vienen batiendo sus alas al oír la Santa Misión de San Antonio de Padua. A tu padre lo libraste de la prisión que se hallaba de manos de un justo juez que a muerte lo sentenciaba. A un hombre tres días muerto le hiciste que levantara y delante de los jueces le hiciste que declarara. Y al punto se retiró donde predicando estaba y el milagro esclarecisteis San Antonio de Padua. Glorioso Antonio de Padua pídele a tu Majestad que nos conceda tu gracia después de la Eternidad. Copla San Antonio predicando estaba, y tuvo del Cielo gran revelación, que a su padre dar muerte alevosa que se le achacaba un falso traidor. Y de allí partió, le libró la muerte a su padre, sin faltar un punto su predicación.