La Cofradía de María Santísima del Rosario de Javalí Viejo fue aprobada por el obispo de la diócesis don José Jiménez el 15 de enero de 1816, según se puede comprobar en las constituciones de dicha Cofradía que se conservan en el Archivo Parroquial de Javalí Viejo. Hay que observar que en el documento fundacional se dice que “la citada Hermandad estaba unida a la del Lugar de La Ñora. Que por ciertas etiquetas que habían mediado, se habían separado, de modo que se encontraba sin culto y cuán imposible de poderse dar sino se formaban las correspondientes constituciones al efecto”. Todo lo apuntado nos hace indicar que en Javalí Viejo existía desde mucho antes una capilla dedicada a la Virgen del Rosario, y era necesario oficializar su culto mediante las correspondientes constituciones. La primera de estas constituciones comienza de esta forma “Que esta Cofradía sea y se entienda de María Santísima del Rosario, con el glorioso título de la Aurora”. La imagen de la Virgen estaba colocada en la anterior iglesia en una amplia capilla, con mucho fondo, en la parte derecha; estaba adornada con motivos alusivos al Rosario en color azul. Esta capilla de Nuestra Señora del Rosario, tan destacable sobre todas las restantes de la iglesia, pudiera ser la primitiva ermita de Javalí Viejo que posteriormente daría lugar a la iglesia que en 1955 fue derribada para edificar el actual templo parroquial. De su importancia en aquel momento, da fe el hecho de que tuviera dos enterramientos correspondientes a dos sacerdotes nacidos en Javalí Viejo. Uno de ellos, D. José Almela Baeza falleció en 1795, lo cual nos revela la existencia de la Capilla del Rosario como mínimo 20 años antes que la constitución de la Cofradía del Rosario.
Las doce constituciones de la Cofradía reflejan con todo detalle los fines y actividades que la misma tenía. Así, se señala a lo largo de ellas lo siguiente: “las personas que se hallan de incorporar a ella puedan ser de uno y otro sexo y de toda clase de estados, siendo de edad adultos… y no encontrándose tacha que pueda entibiar los ánimos de los demás”; “el Santísimo Rosario haya de salir por las calles del Lugar de Javalí Viejo, anejo de la Parroquia de La Ñora, dos veces en todos los días de fiesta, la una por la madrugada antes de la misa de alba que se celebra en dicho lugar… y para el acto de convocar a los fieles a esta santa devoción por las madrugadas de los días festivos, dicha cofradía habrá de nombrar hermanos de bastante madurez que hagan dicha convocatoria sin tropel, bullicio ni desenvoltura, procurando hacer este Santo convite con algunos cánticos jaculatorios, excusando otros que no sean reducidos a dichos fines”; “que todos los hermanos que en lo sucesivo se hayan de alistar en esta Cofradía, hayan de dar de entrada cada uno, en particular y por una vez seis reales de vellón y media libra de cera y además han de quedar obligados a contribuir seis maravedís cada domingo”; “que cuando se verifique la muerte de algunos de los hermanos, se les haya de contribuir a dicho difunto del fondo de esta Cofradía media libra de cera en dos velas para alumbrar su difunto cuerpo hasta la hora del entierro… y además ha de dar doce reales de vellón, limosna de una misa cantada de réquiem que al dicho difunto se le deberá aplicar”; “que esta Cofradía ha de celebrar todos los años una festividad en honor y gloria de Dios nuestro Señor y de María Santísima del Rosario con toda la solemnidad que permitan las circunstancias”; “que dicha Cofradía haya de celebrar todos los años un aniversario general aplicado por los hermanos difuntos… y cuando en su debido tiempo salga este Señor Sacramentado para los impedidos hayan de acompañar ocho hermanos con iguales faroles, procurando los que los lleven ir decentemente vestidos y acompañar con profunda veneración y reverencia”; “que esta Cofradía haya de tener los libros necesarios para su régimen y gobierno y cera suficiente para sus funciones y también un arca de tres llaves para depositar sus caudales y alhajas y libros de cuentas”; que sea del cargo de los dichos Tesorero y Comisarios nombrar dos celadores procurando que estos sean hombres de peso que puedan dirigir el Santísimo Rosario por las calles que convenga, y de estos nombrar dispertadores que cumplan con su ministerio en la forma prevenida, y justamente será del cargo de los referidos celadores el nombrar cantores que canten el Santísimo Rosario en el modo más quieto y suave, sin multitud de voces que más sirven de perturbación y ruido que de dulzura y devoción”.
Hasta el año 1855, en el mismo documento oficial que contiene las Constituciones, se conservan las actas de los Cabildos celebrados por la Cofradía de la Aurora de Javalí Viejo.
En lo que respecta a las actas de la Cofradía del Rosario, quisiera referirme con cierto detalle al acta del año 1846, por la cantidad de datos que aporta y que deseo se conozcan en Javalí Viejo. Por un lado, se trata del primer año en que figura como Secretario de la cofradía don Cipriano Galea García (1816-1889), maestro que tiene en La Ñora un monumento erigido en 1894. Desde 1 de enero de 1846 en que fue nombrado maestro en la primera escuela oficial de niños de La Ñora, permanecería realizando sus labores docentes hasta 1889, fecha de su jubilación.
En dicha acta, que comienza así: “En la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción del lugar de Javalí Viejo en primero de Febrero de mil ochocientos cuarenta y seis, congregados los cofrades del Santísimo Rosario”, aparece más adelante el siguiente texto “Se acordó en seguida que atendiendo a que la mayor parte de los días de precepto del año Nuestra Señora de la Concepción, patrona y titular de este anejo se halla a oscuras en las misas primera y mayor, se encarga a la Hermandad en alumbrarla los referidos días de precepto, con la condición de que todas las promesas que los devotos hagan a la expresada Señora tengan entrada en la Tesorería de dicha Hermandad del Rosario, como encargada por este acuerdo de su culto; y que todos los años se celebre en dicho día de la Purísima la solemne función de la del Rosario”.
Sigue el acta “Acordó la Cofradía elegir como hermano Secretario de la misma a Cipriano Galea, notario eclesiástico y sacristán de esta parroquia, sin obligación de tarja y sí la de atender los cabildos. Seguidamente eligió y confirmó para Hermano Mayor Tesorero de la Cofradía a Fulgencio Sánchez, el que después de aceptar este cargo a presencia de la Cofradía y con su aprobación nombró por Comisarios para que le ayuden en los asuntos de la Hermandad a Matías Gil y José Baeza Pérez, hermanos de la misma, y por celadores a Diego García y José Ballesta Gil”.
“Por último se acordó que por mí el Secretario se estampasen a continuación del cabildo la lista nominal de todos los hermanos de que se compone la misma, con expresión de sus empleos y encargos, con lo que concluyó este acto que firma el Sr. Presidente de lo que yo el Secretario certifico”.
Nombre | Número | Cargo que desempeñan |
---|---|---|
Fulgencio Sánchez | 1 | Hermano mayor tesorero |
Juan Hernández García | 2 | |
Diego Ballesta | 3 | |
Juan Silvestre | 4 | |
Juan Navarro | 5 | |
Antonio Silvestre | 6 | |
Pedro Castaño | 7 | |
José Gómez Cano | 8 | |
Joaquín Ballesta | 9 | |
José Gómez Ballesta | 10 | |
Diego Sánchez | 11 | |
Ginés Aguilar | 12 | |
Juan Pérez Zapata | 13 | |
Matías Gil | 14 | Comisario |
José Baeza Pérez | 15 | Comisario |
Juan García Muñoz | 16 | |
Ginés García Carrión | 17 | |
Francisco Sánchez Hernández | 18 | |
Diego García | 19 | Celador |
José Ballesta Gil | 20 | Celador |
Tomás Capel | 21 | |
Joaquín Zapata | 22 | |
José Hernández Sánchez | 23 | |
Mariano Gómez | 24 | |
María Ballesta | 25 | |
Juan Sánchez Conesa | 26 | |
Francisco Serrano | 27 | |
José Pérez Zapata | 28 | |
Antonio Hellín | 29 | |
Francisco Hellín | 30 | |
Cipriano Galea | 31 | Secretario |
Antonio Ballesta | 32 | |
Juan Hernández Sánchez | 33 | «Cantores con obligación. |
Juan Campoy Navarro | 34 | Estos hermanos están exentos |
José Muñoz | 35 | de pagar la tarja por el trabajo |
Antonio Silvestre | 36 | que prestan en toda época en |
Diego Pérez | 37 | obsequio de María Santísima». |
Salvador Gil | 38 | Despertador con obligación |
Observamos que sólo una mujer formaba parte de la Cofradía, probablemente al ser viuda de un cofrade. Los cantores auroros eran sólo cinco, estando exentos de tarja al igual que el despertador. Para situar estos datos en la demografía de la época en Javalí Viejo, en 1847, año siguiente al del acta que se cita, la población de Javalí Viejo era de 720 habitantes y se celebró un solo matrimonio. En 1846 hubo 30 nacimientos y 17 defunciones.
Otra acta también interesante es la correspondiente al Cabildo extraordinario del Santísimo Rosario celebrado en la Iglesia Parroquial del Javalí Viejo en el día diez y seis de Febrero de 1826. En ella se cita expresamente las salves que se cantan en las madrugadas de muchos días festivos, alusión claramente identificativa de la “despierta”.
“En la Iglesia de la Purísima Concepción del Javalí Viejo, anejo de la de La Ñora, en diez y seis de Febrero de mil ochocientos veinte y seis, habiendo sido convocados los cofrades del Santísimo Rosario en las dos misas del presente día festivo y también a son de campana a efecto de celebrar Cabildo extraordinario para tratar del restablecimiento de esta piadosa Cofradía, suspendida desde el año pasado de 1821, por razón de haber entibiado el fervor de los antiguos cofrades, de la insolvencia de las tarjas así atrasadas como corrientes, en lo que casi consistía el único fondo de esta Hermandad para hacer los gastos prevenidos en sus constituciones, el Señor Presidente Don Claudio Ros, cura párroco de La Ñora y de este su dicho anejo, les exhortó sobre este particular, repitiéndoles lo mucho de lo que sobre el mismo asunto tenía ya predicado en uso de su ministerio pastoral, concluyendo que era preciso se formalizase de nuevo dicha Cofradía para que la devoción a María Santísima Nuestra Señora siguiera de un modo estable y permanente; porque aunque era verdad que el extraordinario celo del último Tesorero Antonio Ballesta con la asistencia de otros devotos había en el intermedio desde dicho año 1821 hasta el presente mantenido dicha devoción, recogiendo algunas cortas limosnas, que habían dado los fieles por razón de las salves que en las madrugadas de muchos días festivos habían cantado en las puertas de los referidos Tesorero y devotos, con todo convendría mucho al servicio de Dios Nuestro Señor y culto de Nuestra Madre María Santísima que siguiese dicha devoción, pero de un modo estable y permanente, restableciendo la dicha Cofradía.
Aceptada que fue con gusto la referida proposición por los hermanos presentes, la primera cosa que se ofreció fue la necesidad de nombrar Secretario que autorizase este acto, y por unanimidad fue elegido Juan Navarro, presente en dicho Cabildo, quien aceptó su encargo y prometió su desempeño.
Enseguida, el Tesorero Antonio Ballesta hizo presentación a la Cofradía las cuentas de las cortas limosnas que no como Tesorero sino como devoto particular había recogido e invertido en el culto de María Santísima, a lo cual contestaron los hermanos que además de que todos sabían la buena inversión que había hecho de dichas cortas limosnas y por consiguiente no había necesidad de dichas cuentas, mayormente cuando no existía la Cofradía en el expresado tiempo; sin embargo insistió el Tesorero en su propuesta y en efecto las dio con toda exactitud y formalidad y resultó quedar en su pode y a favor de esta Cofradía la cantidad de doce reales y veinte y cuatro maravedís de la que debía cargarse en las cuentas del presente año.
La Cofradía dio las mayores gracias al susodicho por su ardiente celo y esmero en el culto y devoción de María Santísima y unánimemente todos los hermanos le rogaron volviese a ejercer el dicho empleo de Tesorero, el cual aceptó de nuevo y prometió su desempeño. Fueron a continuación nombrados Comisarios Antonio García y Ginés Muñoz, y Celadores Diego Ballesta y Juan García, quienes nombraron por cantores a José Gómez Botía y los demás lo hacen por devoción y sin nombramiento particular.
Acordó dicha Cofradía que en consideración de la miseria general que se experimentaba y que probablemente era una de las causas de la decadencia de la misma, se redujese la cantidad de la entrada que pagan los Hermanos a dos reales y medio cada uno en particular y por razón de las tarjas se pagase la cantidad de tres reales anuales por cada uno, limitándose los sufragios para los difuntos a sólo una Misa cantada de Réquiem y un responso también cantado, sin perjuicio de aumentar estos sufragios, siempre que haya posibilidad para ello.
Y no habiendo otra cosa de que tratar, se finalizó el presente acto que firmará el Señor Presidente, de lo que yo el Secretario Certifico. Firmado: Cura Párroco Claudio Ros; Secretario: Juan Navarro.
En el capítulo denominado “¡Salve Stella Matutina!” (Pasionaria Murciana. Pedro Díaz Cassou. 1897) un párrafo completo expresa como comienza y se desarrolla una despierta de auroros. La primera salve se canta a la Virgen del Rosario en la puerta de su capilla. Una vez acabado el saludo de presentación ante la Virgen, con tres fuertes golpes de la campana en la puerta de la iglesia, al acabar el último dice con fuerte voz:
“Ave María Purísima
Sin pecado concebida Santísima, responden los acompañantes; y despertando al dormido, y recreando al insomne, y consolando al triste, y confortando al doliente, y levantando el espíritu de todos en alas de la religión, de la poesía y de la música, suena y se eleva vibrante un canto cuya belleza no se puede imaginar ni describir: el canto de la Aurora. Más de una cuadrilla lo canta en la ciudad, en los pueblos de la huerta hay también sus cuadrillas, el canto de cada una llega casi donde se apaga el de la otra, y el de todas, sube en el espacio con el perfume de las flores matutinas y se eleva al cielo donde reside la Stella matutina del cristiano; es Murcia, es su huerta, es todo el valle, cuya primera palabra al despertar es un saludo a la Virgen:
¡Salve regina mater!”
En otro párrafo nos dice: “La costumbre que tienen los auroros de ejecutar esta música, les da gran facilidad para la unión y correcto desempeño de ella, produciendo efectos verdaderamente bellos, que sorprenden, teniendo en cuenta que en su mayor parte son albañiles y gente jornalera que no tienen noción alguna musical”.
Hubo un intento de reorganización de la Campana de Auroros de Javalí Viejo, impulsado en octubre de 1939 por el cura párroco y convecino don Diego Sánchez Cerezo; se marca como objetivo volver a resucitar los cantos de los auroros en el pueblo y se redacta un acta de constitución que se conserva en perfecto estado. Durante las décadas 40 y 50 del pasado siglo XX, sus voces acompañaban a la Virgen de la Soledad en su recorrido por todo el pueblo durante los días de Navidad, así como en el Cementerio el día 1 de noviembre y todos los domingos en la despierta para llamar a los fieles a acudir a la misa primera, a las seis de la mañana. El derribo de la iglesia en 1955 para acometer la construcción del actual templo, significó la desaparición de la Capilla del Rosario, de la campana de auroros y con ello una parte importante de la historia de Javalí Viejo.
La Campana de Auroros de Javalí Viejo, en la configuración que mantiene actualmente, comenzó a fraguarse en febrero de 1995. Sus inicios son recogidos por Emilio Sánchez Baeza en su obra Siglo de Oro de la Parroquia de la Purísima, página 135, que con el título “Ha nacido la Hermandad del Rosario o Aurora”, describe las primeras actuaciones “oficiales”, 20 de octubre de 1996 en Abanilla y 24 de diciembre de 1996 con el canto durante la “misa de gallo”. Anteriormente, se habían realizado varias despiertas (San José, San Antonio, Purísima) en Javalí Viejo y La Ñora, contando con la presencia de muy pocos auroros dado que se estaban dando los primeros pasos en la Campana y aún no había calado suficientemente en nuestro pueblo.
Javalí Viejo, 14 de julio de 2020