Presentación
Pregón
Pregón de don Ricardo Castaño López, pronunciado el día 8 de octubre, por su hermano don Antonio Castaño López.
Soneto a la Madre del Rosario
¡Ay! Virgen del Rosario, mi Señora,
pongo mi corazón en tu regazo,
percibiendo tu amor como un flechazo
cual ráfaga de luz abrasadora,
hoy te vuelvo a decir, eres la Aurora
de mi vida interior, celeste lazo
que aprisiona mi amor en dulce abrazo
como arpegio de música sonora,
acúname en tus brazos como a un niño
que necesita asirse de tu mano,
de tu brazo gentil Madre querida,
muéstrame así tu amor y tu cariño
que me diste con tu influjo soberano,
no solo amor, sino también la vida.
D. Pedro Luis Tortosa, cura párroco de Javalí Viejo. Dignísimas autoridades. Buenas tardes tengan todos, mis queridos y admirados amig@s y Hermanos de la Aurora de Javalí Viejo.
Fue una apuesta valiente y generosa de aquellos corazones Auroros que hicieron posible que esto que estamos viviendo, hoy pueda ser una realidad. No fue en vano tanto sacrificio en todos estos años del Señor, todas aquellas buenas gentes dejaron parte del legado que hoy atesoramos para el goce y disfrute de todo Auroro de bien, y con cada puntada su historia. Por eso, y en recuerdo de todos ellos mandamos nuestro abrazo al Cielo.
Un recuerdo muy especial para todos aquellos que nos dejaron en este tiempo. Vaya para ellos nuestro sincero y amoroso abrazo.
Queridos amigos y hermanos de la Aurora: Dicen los estudiosos de estos temas que, por aquel tiempo, en los comicios del siglo XVI, se decía de ciertas Hermandades y Cofradías, que eran asociaciones voluntarias de carácter laico que constituían la expresión del fermento religioso de las ciudades, integradas en un sistema de devoción organizada con la finalidad de conseguir una serie de objetivos. Efectivamente, además de promover el culto a una determinada advocación, impulsar la asistencia a pobres y enfermos, atender a la salvación de las almas de los difuntos, estas hermandades también cumplían una función social en el contexto en el que se desenvolvían.
Toda la documentación recogida durante estos siglos, ha sido custodiada con gran celo por el Archivo Histórico Diocesano, y de ellos se dice: “Los archivos de la Iglesia son lugares teológicos que testifican la fe del pueblo de Dios”.
Según la historia de estas hermandades, algunas tienen que haber desaparecido en el transcurso del tiempo o alguna parte de las mismas, pero lo que ha aparecido es suficiente para hacer un juicio de esta actividad de la Iglesia y descubrir en estos legajos lo que han dicho los Obispos del sur: “Las cofradías o hermandades han contribuido grandemente al florecimiento de la vida cristiana entre nosotros. Estas asociaciones religiosas han aportado un importante caudal a la vida espiritual de nuestros pueblos”.
Sin duda ninguna que es un valioso reflejo de una religiosidad popular, y esta, dice el Papa, debe ser “Respetada y cultivada”.
Quiero apuntar un dato sobre el primer documento escrito de estas Hermandades y Cantores del Rosario de la Aurora que se encuentra en el convento de Ntra. Sra. Del Socorro de Orihuela. Allí, en el Libro Mayor de la Cofradía del Rosario, fechado el 5 de octubre del año del Señor de 1563, aparecen referidos los nombres de algunos integrantes de una cuadrilla Catral que se dedicaba en grupo a rezar el Santo Rosario, dando vuelta por el contorno del convento. Esta cuadrilla, está considerada la más antigua de España y fue fundada como Cofradía en el año de 1691.
Estas palabras sobre las Cofradías y Hermandades fueron pronunciadas por el Rvdo. D. Juan López Martín, canónico archivero de la Catedral de Almería, en la clausura del cursillo de archivística celebrado en Granada en 1983. “Las hermandades y Cofradías”.
También se deduce de la Carta Pastoral de los Obispos del sur de España-Madrid 1985 (página 25), Mensaje de San Juan Pablo II a España-Madrid 1982 (páginas 148-149 del BAC popular).
Pero no se inquieten mis queridos amigos, las siguientes palabras no van por estos derroteros, no padezcan, solo les voy a restar una gelepa de su tiempo.
Poema siete de octubre
Rezar el Santo Rosario
no solo es hacer memoria
del gozo, el dolor, la gloria
de Nazaret al Calvario,
es, el fiel itinerario
de una realidad vivida,
y quedará entretejida
siguiendo a Jesús gozoso,
crucificado y glorioso
en el Rosario…la vida.
Siete de octubre, qué lindo
izar como una bandera
las salves en tu homenaje,
estos versos, esta ofrenda,
cantamos con la alegría
de saberte siempre cerca,
nos brinda su amor profundo
Virgen Madre, amiga nuestra.
Siete de octubre, gloriosa,
ansiada y célebre fiesta,
está vestido de gala
tu pueblo en la encomienda,
el templo luce precioso
engalanado de fiesta,
es el día de la Virgen
del Rosario, Madre nuestra.
Mirad, fue el 6 de octubre de este pasado año, coincidiendo con nuestra visita a la Fiesta de la Aurora de 2021 que, tras la participación en la Santa Eucaristía de la Aurora del Carmen de Rincón de Seca, en un bonito y emotivo momento, tomando un refresco ofrecido por los Hermanos Auroros de Javalí Viejo, me comentan: “Hemos pensado en ti para que en el año próximo hagas el Pregón de la Fiesta de la Aurora” “Si vivimos, les dije”.
Veamos: He participado en varios eventos para la Aurora de Javalí Viejo a nivel personal. Quiero recordar: La visita de nuestro y admirado y querido Joaquín Díaz. En una tertulia que mantuve con Vds. con motivo del 200 Aniversario de la Fundación de la Hermandad en la sala Fontes, y en alguna cosilla más.
Muy agradecido en ese instante a la confianza que en mí habían depositado los Hermanos Auroros, pero pasaron unos segundos y sentí la gran responsabilidad que suponía aquel envite. Me siguió diciendo su portavoz.” Estamos seguros que cualquier cosa que digas sobre el tema te va a salir del corazón, y esto supone siempre verdad”.
¡Ahí me pillaron, caí en sus redes!
Fueron las palabras justas para que mi corazón diese un vuelco y no pudiera decir otra cosa que: ¡Ya tenéis pregonero!
Algunos de vosotros, los que me conocéis un poquito más, sabéis que comencé muy niño en estas lides, os falta saber un dato importante para mí. Este marzo pasado hizo 70 años que pude cantar la primera Salve de Aurora completa en una despierta, fue en la de San José: Por aquel tiempo, preparaba mi hermandad el Ciclo de la Pasión del Señor, corría el año 1952, aunque yo había comenzado mi andadura en 1951 de la mano de mi abuelo materno, (Dios tenga en su gloria).
Aquella Salve primera, produjo en mí una explosión de gozo, por varias razones: Primeramente, porque pocos niños de voces blancas, los que por aquel entonces íbamos a las despiertas tenían el oído tan presto como el mío para captar aquellas hermosas melodías que hacían referencia a la Pasión de Cristo y a los Dolores de su Santísima Madre, (yo lo llamo, oído de tísico) El siguiente Jueves Santo en San Agustín ya cantaba con mi quinta voz en tan incomparable marco.
En segundo lugar, pensaba de quién había aprendido aquellos bellos cantos: “De hombres sabios y duchos en la materia que a su vez los habían aprendido de sus padres o abuelos, como era mi caso. Eso ya merecía toda mi admiración y respeto.
De ellos no solo había aprendido los cantos, también aprendí otras muchas cosas tan importantes o más que los cantos: Saber estar, comportamiento, civismo, humanidad, honradez (no coger nada que no fuese mío) en aquellos tiempos recuerdo de las familias que no andaban sobradas, la huerta y la noche junto con el hambre, te invitaba a meter la mano a algún naranjo, o frutas similares, las habas que ya se empezaban a coger. Estaba totalmente prohibido, hasta el punto de poder expulsarte de la hermandad.
A lo largo de los años, junto a ellos, supe valorar también la valía de la familia, porque mientras estaba entre ellos éramos más que esa familia. Me cuidaban, mimaban y agasajaban con algún caramelo, higos secos o alguna que otra exquisitez, y la encontraba en mis bolsillos sin haberme percatado de ello.
Eran exquisiteces que en casa no se podían permitir, lo poco que había era para comer, vestir y poco más.
Me hacía gracia, alguna vez si me retrasaba por cualquier motivo siempre había alguien que preguntaba: ¿Y el crio, no ha llegado todavía el crio? Y aparecía yo muy horondo, como si fuera cosa importante. Durante todo este tiempo he sido feliz en la Aurora a la vez que un privilegiado, tocado por la gracia de María. La Hermandad, que de todo tiene que haber en la viña del Señor, tuvo también momentos amargos, pérdida de seres queridos, padres, hermanos, abuelos y los propios hermanos de la Aurora que nos iban dejando. Era muy triste verlos marchar y que no aparecieran en la siguiente despierta o ensayo. La vida y la Aurora tenía que seguir muy a nuestro pesar, aunque dejaran un gran e importante vacío.
Cómo les recuerdo y añoro, todas aquellas vivencias ya no eran capaces de volver, eran detalles que ni tu propia gente tenía contigo en casa, te arropaban con el cariño sincero de padres a hijos hacia un niño que comenzaba a vivir el mundo Auroro de sus manos, manos curtidas por el trabajo rudo de la huerta, pero suaves y dulces en el trato y la caricia. No seré capaz de devolverles en rezos e indulgencias todas las muestras de cariño recibidas. Solo he podido hacer por ellos: Mis rezos por la salvación de sus almas, mi constante trabajo por la aurora, mis desvelos e inquietudes, el ir formando a los que se iban integrando, mi preocupación porque siguiera siendo una hermandad donde todos tuvieran cabida, proveer un sitio digno donde estar para poder vernos y ensayar, (mi propia casa), la lucha constante con las instituciones con el fin de que reconocieran parte de nuestra lucha y que el buen nombre de lo que representábamos siempre lo lleváramos como estandarte allá donde quiera que fuéramos. Esos pormenores fueron parte de la misión que yo mismo me impuse mientras fui Hermano Mayor (más de treinta años), y con ello dejar mi grano de arena para preservar el “Hermoso Legado” que se me había encomendado. Como bien sabéis, esta es la vida del Auroro, una lucha constante sin otro interés que el honor de honrar y alabar a través de nuestros cantos a María Santísima a su Divino Hijo y a los Santos. Soy Auroro y me siento orgulloso de seguir siéndolo hasta el fin de mis días. Desde hace unos años, dejé las riendas a la juventud que venía apretando. Está en buenas manos.
Alguna vez he llegado a pensar: Estoy hecho de retazos, pedacicos de colores de cada vida que pasa por la mía y voy cosiendo en mi alma. No siempre fueron bonitos y felices, pero fueron sumando y me hacen ser quien soy. En cada encuentro, en cada despierta una vida, una lección, una nostalgia que me hacen una persona más humana y quizás más completa y voy viendo como la vida se hace de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de la gente también, y es que nunca estaremos listos ni finalizados, siempre habrá un retazo que añadir al alma. Por tanto, gracias, gracias a cada uno de vosotros que formáis parte de mi vida y que me permitís engrandecer la historia con retazos de la aurora dejados en mí. Pido a Dios y a su Santa Madre que yo también pueda dejar pedacicos de mí por los caminos y sendas de la huerta, que puedan ser parte de vuestras historias y de retazo en retazo podamos convertirnos un día en un inmenso bordado de todos nosotros. Que cada retazo de nuestro caminar florezca en nuestras vidas y los trocicos de hilo de colores estén basados en la fe.
A pesar de todo siempre existen momentos para sembrar el tiempo, sonrisas que apacigüen el viento, aunque dejemos en el camino amores y desencuentros, cada día, en algún lugar sale el sol y silba el viento, traen nubarrones que cubren el firmamento y quiebran corazones que miramos y no vemos. Y con esos nubarrones de que les hablaba también me vinieron inseguridades y alguna que otra preocupación como hombre de fe. Imagino que, para alguno de ustedes, sobre todo para los que están o hemos estado al frente de estas entidades auroras se hayan dado cuenta también: Que haya hermanos que acudan solo por el mero gusto de cantar, o porque lo consideren una hermosa tradición y que, con el paso de los años, aunque la Aurora perviva, se convierta en un instrumento desprovisto de fe. Ese es uno de mis miedos.
Porque al fin y a la postre hagámonos la gran pregunta: ¿Qué es la Aurora, si no, una gran familia que reza unida en alabanza a la Madre, a su Hijo Jesucristo y a los Santos? Ella es, el eje fundamental de este trasiego de Salves y de banderas nuestro, da igual a la advocación que pertenezcamos cada cual, Ella es única, es María.
La elegida, la preferida de Dios Padre, la privilegiada para que el Gran Padre obrase en ella el milagro de la Encarnación. Así, ¿De qué estamos hablando? Sin fe no hay esperanza, aunque algún viejo Auroro se atreviera a decir hace muchos años: “La Aurora existirá mientras duren los mares” Sí, pero de qué forma. O aquel otro que en paz descanse que decía: “Fijaros si me gusta el cante que hasta la Aurora me gusta” Para ser Auroro hay que llevar la fe cosida a doble pespunte al corazón. Démosle tiempo al tiempo que de igual manera me estoy equivocando.
Y sigo pensando, cuando me vaya no quedará nada de mí, me mezclarán con la tierra, quizá el Buen Dios me acoja en su seno, pero el eco del amor que te di y del amor que recibí gritará como hermoso ruido para siempre, porque lo único que nos llevaremos de esta vida son las experiencias vividas que muchas veces olvidamos disfrutar o simplemente con sutiles excusas nos privamos a nosotros mismos de experimentar. Recordemos aquella frase: “La mortaja no lleva bolsillos” Las posesiones materiales no tienen valor en sí, por eso creo que el mayor placer es, compartir las cosas más sencillas de la vida junto a quienes queremos y admiramos.
Cuando me vaya, ya no quedará nada de mí, pero sí de todos los momentos vividos y compartidos que serán “El legado” del Auroro que un día fui.
A un auroro que nazca
Te llamarás, lo mismo,
llevarás en la lengua
la hermosa lejanía
de un mar de inevitable fatalismo,
sin barco, sin bahía.
La extraña luz de un farol
te punzará en la oscura madrugada,
y entonces sentirás algo raro
debajo de tu almohada.
Y volverás a dormirte,
de repente su naufrago perfil
saldrá a tu encuentro,
preguntarás borroso, febriscente…
¿Quién eres tú que cruzas por mi frente?
¡Y no lo sabrás, aunque la lleves dentro!
Agradezco profundamente vuestra invitación, aunque sé a ciencia cierta que existe una admiración mutua, pues si verdad les digo, es el primer Pregón Auroro que sale de mi pluma, hice otros, de Navidad, Semana Santa, etc. Pero este tenía que ser especial, tenía que salir del corazón, de mi corazón Auroro, como bien decía Antonio Ruiz cuando me lo propuso. Me he sentido muy feliz escribiendo y pregonando para todos. Les mando mucha fuerza y quiera Dios que se haga bueno el dicho del viejo Auroro “Hasta que duren los mares”.
“Aurora, soles de armonías, herencias compartidas, vivencias, legado de hombres aferrados a la fe de la más antigua belleza, Aurora Madre nuestra, grandeza radiante, dorados sus bronces en sonoras azucenas. Despiertas de mañanera escarcha, regias sus voces en Salves de terciopelo confundidas en el tiempo, nombres recordados en la fiel melancolía, rezares profundos, de sus gargantas quebradas enjambre de querubines en coros celestiales.
Ya, no retornan a nos aquellos sabios del canto y raíces del ancestro, no escuchamos sus plegarias por sendas ni vericuetos, plegarias del corazón con sacrificio y talento fuera parte de sus vidas ensalzando el monumento. Vuestros cantos son el fruto de una dilatada siembra que hace en nosotros del alma Madre de toda belleza.
¡Rezad Hermanos Auroros, cantad unidos y al son, desde un carril de la Gloria, donde os escucha Dios!
¡Vivan María Santísima y sus Auroros!
Gracias a todos por vuestra atención y grata compañía
Ricardo Castaño López
Hermano Mayor Emérito de la Aurora del Carmen de Rincón de Seca
Javalí Viejo a 8 de octubre de 2022