El canto de la aurora en el pueblo de Javalí Viejo tiene un origen indeterminado. Así ocurre con casi todas las manifestaciones populares y sobre todo con las de tradición oral. No conocemos pues con exactitud la fecha de su inicio, aunque sí podemos afirmar que se puede remontar a varios siglos. La Cofradía del Rosario de Javalí Viejo, impulsora de los cantos de la aurora, desde su comienzo estuvo vinculada con el vecino pueblo de La Ñora y si bien, es verdad que ya en 1633 queda instituida formalmente la Cofradía del Rosario en La Ñora por obra del prior dominico de Santo Domingo, no podemos olvidar que dicha Orden ya está asentada en Murcia en el siglo XIII, casi coincidiendo con la reconquista de la ciudad. En consecuencia, si bien no se puede precisar con exactitud, es probable que el canto de la aurora esté presente en Javalí Viejo desde hace trescientos o cuatrocientos años, como mínimo.
Cuando se crea la Cofradía de María Santísima del Rosario en Javalí Viejo (1814-1816 es el periodo que comprende desde la licencia para la redacción de las Constituciones fundacionales hasta su aprobación por el Tribunal Eclesiástico de la diócesis de Cartagena), sin que existiera en esa época la iglesia parroquial, se hace referencia a los problemas surgidos con la misma Cofradía de La Ñora y por ello a la necesidad de dar culto a la Virgen del Rosario, por un lado mediante el rezo del Rosario al alba de los días festivos y por otro mediante una fiesta anual el primer domingo de octubre. Es indudable y así está documentado que el culto se le daba a la Virgen del Rosario en una sencilla ermita, la cual posteriormente se transforma en capilla en la antigua iglesia, hoy desaparecida con la construcción del nuevo templo parroquial.
Tenemos que pensar que el canto de la Aurora, es de tradición oral, transmitido de generación en generación y generalmente de padres a hijos. Por tanto, lo que nos ha llegado hasta hoy está marcado por el devenir del tiempo y al igual que el lenguaje por mutaciones y cambios introducidos por los auroros de cada tiempo.
Con respecto a lo que sería el cantoral auroro, en general la huella escrita documentada es muy escasa, si exceptuamos algunas interesantes publicaciones como el Cancionero popular de la Región de Murcia, colección de cantos y danzas de la ciudad, su huerta y campo, recopilados, transcritos y armonizados por José Verdú, obra de 1905 reeditada en 2001 y Pasionaria murciana: la Cuaresma y la Semana Santa en Murcia de Pedro Díaz Cassou, obra de finales de siglo XIX reimpresa en 1980. Ambas obras, que contienen interesantes partituras musicales de cantos de auroros, sin especificar ninguna campana de auroros en concreto, son una muestra de la rica y variada cantidad de cantos de la aurora murciana y punto de partida de cualquier trabajo para el conocimiento de la Aurora Murciana.
Se desconoce si en repertorio de los auroros de Javalí Viejo y de La Ñora, alguna vez se hayan cantado las Correlativas y el Tercio, dos de los más interesantes cantos musicales de los auroros de la Huerta de Murcia, correspondientes al tiempo de Cuaresma y Pasión y más concretamente al Jueves Santo. De dichos cantos, se desconoce tanto el origen musical como el propio significado de sus nombres. Sí se sabe que formaban parte del repertorio de cantos de los Auroros de Monteagudo, de cuya campana se conservan grabaciones antiguas que son auténticos testimonios de la importancia de dicha campana de auroros.
En la obra de Luis Orts González Vida huertana artículos de costumbres de la Huerta de Murcia, editado en Murcia en 1908, existe una referencia muy interesante acerca del ritual de los auroros, que debería ser objeto de una lectura y un comentario más extenso. Luis Orts estuvo vinculado con el pueblo de La Ñora, que le tiene dedicada una calle denominada Catedrático Luis Orts.
El canto de los auroros, como señalaba el doctor Pérez Mateos, profundo conocedor e investigador de la Aurora, necesita para ser escuchado una especial predisposición del espíritu. Decía también que “estos cantos, fuera de su ambiente propicio, pierden belleza, pierden color. Hemos de ver con los ojos del espíritu cual es el marco en que el cuadro popular se desarrolla, a fin de que nos sea posible, por virtud de la evocación, la comprensión de este lenguaje popular que tantos no aciertan a descifrar”. Cantos Regionales Murcianos. Diputación Provincial de Murcia. 1944.