Durante los días de la primera quincena de octubre de 2015, la Hermandad de la Aurora de Javalí Viejo desarrolló una serie de actos conmemorativos del II Centenario de su fundación como cofradía religiosa inscrita en la Diócesis de Cartagena. Se confeccionó un programa especial en donde se detallaban dichos actos y se le dio la máxima difusión a nivel regional, tanto en prensa, radio y televisión. Fruto de todo ese trabajo y con la inestimable ayuda de todas las personas que colaboraron de una o de otra forma en la celebración del II Centenario, se fue generando una amplia documentación que ahora hemos querido recoger en esta publicación, buscando sobre todo mantener en el recuerdo la efemérides y que no se pierda la tradición del canto de la Aurora en Javalí Viejo.
El esfuerzo creemos que merecía la pena, ya que no es habitual que, en un pueblo pequeño de la huerta de Murcia, como es el caso Javalí Viejo, pueda existir una Cofradía religiosa con esa antigüedad. Bien es verdad que, a lo largo de todos estos doscientos años, han existido lagunas, desapariciones motivadas por el devenir de nuestra historia y periodos de agitación social cuando no de crisis económica, que tal vez impidieron una permanente presencia de la Cofradía en todo este tiempo. Pero lo cierto es que una vez reorganizada en una nueva etapa y consolidada a lo largo de los últimos veinte años, era necesario poner todo el empeño para no dejar pasar la oportunidad de mostrar lo que significa esta genuina muestra del canto religioso de la Aurora, tan arraigado en la Huerta de Murcia, tan presente en numerosos artículos y publicaciones de los dos últimos siglos y también su aportación a la vida social y colectiva a un pueblo en particular, Javalí Viejo, y por extensión, a toda la cultura de la sociedad murciana en general.
Así pues, en el pasado año 2015, vimos como confluían dos celebraciones para la Aurora de Javalí Viejo. Por un lado, los doscientos años de la primitiva Cofradía de María Santísima del Rosario; por otro lado, se cumplían veinte años de la nueva aparición de la Campana de Auroros de Javalí, que despliega toda su actividad en Javalí Viejo a lo largo de todo el año, abarcando todo el calendario litúrgico (Adviento y Navidad; Candelaria; Cuaresma y Pasión; los Mayos, la festividad de la Virgen del Rosario durante el mes de octubre; la visita a los cementerios de La Ñora y Javalí Viejo para el canto y rezo de las Salves de Difuntos y por último las despiertas de San Antonio y San José, dos santos que cuentan con su respectiva capilla en la Iglesia Parroquial.
Una de las tareas de las que nos sentimos más satisfechos, fue sin duda el restablecer el culto a la Virgen del Rosario, encargando una nueva imagen de la Virgen al escultor de Los Ramos D. José Hernández Navarro y volviéndola a situar en una capilla de la Iglesia Parroquial, precisamente el mismo lugar que tenía en la anterior iglesia, sustituida por la actual a mediados del siglo XX.
Con el desarrollo de los actos que estaban previstos, sobre todo a través de la exposición en el antiguo Casino de Javalí Viejo, quisimos también rendir un homenaje a todos los auroros de Javalí Viejo y La Ñora que nos han precedido en el canto de las salves auroras. Su recuerdo estará siempre presente en nuestra mente y nuestro corazón. Somos conscientes que de ser simples herederos de unas salves y de un ritual que ellos cantaban y llevaban a cabo como auténticos maestros y con un enorme sacrificio. Sin ellos, hoy no existiría la Aurora de Javalí Viejo.
Por último, teniendo en cuenta que nuestro ámbito de actuación se ciñe principalmente en Javalí Viejo y La Ñora, queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento a las personas de ambos pueblos, que siempre nos han acogido con muestras de respeto, consideración y cariño sincero. Por encima de todo, buscamos prestar un servicio a la sociedad, acrecentar la devoción a la Santísima Virgen, acrecentar nuestra propia fe y el firme compromiso de defensa de los valores religiosos que profesamos.
Los auroros de Javalí Viejo podemos sentirnos muy afortunados, ya que formamos parte de una cofradía religiosa que conserva en el archivo parroquial sus constituciones fundacionales. Si consideramos que, en julio de 1940, una fuerte avenida de agua en la Rambla de la Ventosa se llevó por delante una parte importante de la sacristía, incluida una Custodia, ornamentos litúrgicos, vasos sagrados, etc. es casi milagroso que las referidas constituciones se conserven en perfecto estado, incluso con las actas de los cabildos celebrados hasta 1855.
Me refiero a la Cofradía de María Santísima del Rosario, en cuya constitución primera se recoge lo siguiente: “Que esta Cofradía sea y se entienda de María Santísima del Rosario, con el glorioso título de la AURORA”. Las fechas que recogen todo el proceso de fundación abarcan tres años, 1814, 1815 y 1816. Nosotros hemos querido celebrar los actos del II Centenario en este año 2015, al tener el 15 un significado muy especial: tradicionalmente han sido 15 los misterios del Rosario, precisamente hasta que Juan Pablo II introdujo los cinco misterios Luminosos (carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, publicada el 16 de octubre de 2002).
Es evidente que tanto el canto como el ritual de los auroros de la Huerta de Murcia, constituyen una de las señas de identidad más características de toda la cultura tradicional y popular de la Región de Murcia. Por su importancia, el estudio de sus orígenes y su significado ha sido llevado a cabo por diversos especialistas, musicólogos, escritores e historiadores, que han aportado su visión particular acerca de este fenómeno de tan honda tradición. Hemos de considerar inicialmente, que no estamos sólo ante un conjunto de voces masculinas que entonan unos cantos que nos parecen como lejanos en el tiempo, sino que también se trata de comprender que existe un ritual, que ha sido heredado de forma conjunta e inseparable con dichos cantos religiosos.
De la importancia histórica de la Cofradía del Rosario o Aurora de Javalí Viejo, podemos señalar sólo dos hechos: la capilla de la Virgen del Rosario, colocada en la antigua iglesia en la parte derecha conforme entramos, con amplio fondo, fue la ermita original sobre la cual se construyó o replanteó la iglesia parroquial, derribada en 1955 para construir el actual templo; dos sacerdotes naturales de Javalí Viejo, fueron enterrados en dicha capilla, D. José Almela Baeza (1795) y D. Bernabé Gil Sánchez (1813).
De todos los trabajos de investigación realizados sobre los auroros de Murcia, destacamos dos publicaciones, básicas para el conocimiento de todo lo relacionado con esta tradición musical y ritual. Un primer trabajo es el de “Los Auroros en la Región de Murcia” Editora Regional de Murcia 1993. La coordinación de dicha obra, magnífica recopilación de artículos, conferencias y monografías, se debe al trabajo tenaz y riguroso de Joaquín Gris Martínez, auroro perteneciente a la Campana de Santa Cruz, que contó con la colaboración de varios investigadores sobre la materia. Uno de estos investigadores, Carlos Valcárcel Mavor, en su artículo titulado “Gloriosa vejez de la aurora murciana” afirma que “las Hermandades de la Aurora nacen en las postrimerías del siglo XVI y en todo el siglo XVII, lo que no quita para que otras muchas existentes hoy tengan una fecha fundacional más reciente”. No obstante, si nos atenemos a lo que afirma José Carlos Agüera Ros en su obra “Un ciclo pictórico del 600 murciano. La Capilla del Rosario”, la Cofradía del Rosario de Murcia, probablemente la primera que contó con un grupo de auroros, se configura de forma definitiva a finales del siglo XV, como consecuencia del movimiento rosariano impulsado por el dominico bretón Alain de la Roche a partir de 1470, fecha clave en la historia de las Cofradías del Rosario. Desde Francia, el movimiento se extendió primero a Flandes y Alemania y después al resto de Europa.
Una segunda publicación, que en cierto modo complementa la realizada por la Editora Regional en 1993, es el trabajo de investigación del profesor D. Antonio Narejos Bernabéu, “Los auroros en la Región de Murcia. Análisis histórico y musical”, realizado en virtud de una beca de investigación en folklore otorgada conjuntamente por dos instituciones, el CIOFF y el INAEM en el año 2008. A lo largo de seis capítulos, desglosados en 275 páginas, se hace una descripción muy exacta de la raíz musical de la Aurora, fundamentalmente de la Huerta de Murcia, partiendo de todo lo anteriormente publicado, pero profundizando y aclarando conceptualmente cómo sólo puede hacer un catedrático de Conservatorio Superior de Música, al mismo tiempo que escritor y pensador. Todos los capítulos son excelentes y brillantes, pero los apartados de “La formación del acervo musical” y “La música de la Aurora murciana”, son fundamentales y difícilmente podrán ser superados en posteriores trabajos de investigación.
Con todo, el antecedente directo de la Cofradía del Rosario de Javalí Viejo se encuentra en la exposición que se hace a continuación. Fruto de la investigación de D. Emilio Sánchez Baeza en el Archivo Parroquial de La Ñora, recogida en su obra “La Ñora, ayer y hoy”, se sabe de un documento dado el 9 de Octubre de 1663 por el que fray Pedro de Arrabia, Maestro y Prior del convento de Santo Domingo el Real de la ciudad de Murcia, instituye en la “Iglesia Parroquial de La Ñora la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, para que entren por cofrades en ella todos los fieles de ambos sexos, y puedan ganar las gracias, privilegios, jubileos e indulgencias y otro cualquier género de gracias concedidas por los sumos pontífices a los cofrades de dicha cofradía con tal que han de ser inscritos en el libro por mano del Sr. Cura en presencia del escribano de dicha cofradía que al presente es Pedro de Sibilla en la cual se defina o señale. Otrosí, con tal que todos los años al abrir la fiesta principal de Nuestra Señora del Rosario que se celebra el primer domingo de octubre, tenga obligación el mayordomo y su compañero o en su ausencia el escribano de dicha cofradía a traer a dicho libro para que lo firme el muy reverendo padre prior que por tiempo fuere de este dicha convento, y así mismo los nombres de los cofrades difuntos para que se apliquen los sufragios que por tales cofrades suelen aplicarse, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Por el año de su institución, probablemente se trate de una de las primeras Cofradías del Rosario de la Huerta de Murcia y queda de manifiesto la intervención de la orden dominica en su fundación.
A la Cofradía del Rosario de La Ñora pertenecían los vecinos de Javalí Viejo al no existir parroquia aún en esta población y estar considerada como anexo de La Ñora. (Recordemos que el 20 de diciembre de 1901 es nombrado D. Joaquín Donat Ferrándiz “cura propio” de la Parroquia de La Purísima Concepción de Javalí Viejo, dejando de figurar la palabra “anejo o ayutriz” de la parroquia de La Ñora). Así pues, en el libro de defunciones de la Parroquia de La Ñora, constan partidas de defunción de vecinos de Javalí Viejo a los que se les aplica misa cantada de réquiem como hermanos que eran de la Cofradía del Rosario o Aurora de La Ñora.