FIESTA EN HONOR A LA VIRGEN DEL ROSARIO
Javalí Viejo, 12 de octubre del 2003
- 8.00 h. Rosario de la Aurora. (Salida desde la iglesia parroquial).
Orden de colocación de las campanas y cantos:
- Campana de Auroros Virgen del Rosario (Javalí Viejo)
Altar Mayor. Antes de comenzar el Rosario. - Hermandad de la Purísima Concepción (Bullas)
Plaza de la Iglesia. Antes de comenzar el Rosario. - Campana de Auroros Nuestra Señora del Rosario (Abanilla)
Al finalizar el Primer Misterio. - Campana de Auroros Nuestra Señora Carmen (Rincón de Seca)
Al finalizar el Segundo Misterio (en la hornacina de la Virgen de la Fuensanta). - Campana de Auroros Virgen del Rosario (Javalí Viejo)
Al finalizar el Tercer Misterio. Plaza de los Auroros. - Campana de Auroros Virgen de la Aurora (Alcantarilla)
Al finalizar el Cuarto Misterio. (C/ San Antonio-Cruce San Jerónimo). - Campana de Auroros Nuestra Señora del Rosario (Santa Cruz)
Al finalizar el Quinto Misterio (C/ San Antonio-Cruce Santa Elena). - Campana de Auroros Nuestra Señora Rosario (Rincón de Seca)
Al finalizar el Rosario. C/ Mayor (Casino).
- 9.15 Misa en la iglesia parroquial
Orden de colocación de las campanas y cantos:
- Entrando a la iglesia, a la izquierda: Carmen (Rincón de Seca), Rosario (Rincón de Seca), Abanilla y Alcantarilla.
- Entrando a la iglesia, a la derecha: Javalí Nuevo, Santa Cruz, Javalí Viejo y Bullas.
Los estandartes serán dejados en el altar mayor.
- Entrada: Aurora de Alcantarilla.
- Después de primera lectura: Aurora de Abanilla.
- Después de segunda lectura: Aurora de Santa Cruz.
- Ofertorio. Aurora Nuestra Señora del Carmen (Rincón de Seca).
- Padrenuestro. Aurora de Javalí Nuevo.
- Comunión. Aurora Nuestra Señora del Rosario (Rincón de Seca).
- Salida. Aurora de Bullas
Entrega de obsequios a las campanas de auroros
Clausura
Intervención de don José Francisco Navarro Serrano
Presidente de la Junta Vecinal de Javalí Viejo
Artículo
La Aurora de Javalí Viejo en el Año Luminoso del Rosario. (Antonio Ruiz Gómez)
La Aurora de Javalí Viejo en el Año Luminoso del Rosario
Este año 2003, es un año muy especial para todas las Cofradías y Hermandades religiosas que en todo el mundo católico tienen bajo su advocación a la Virgen del Rosario. El 16 de octubre del año pasado, coincidiendo con los 24 años de su elección como Sumo Pontífice de la Iglesia, Su Santidad Juan Pablo II daba a la luz una carta apostólica acerca del Santo Rosario, proclamando Año del Rosario el periodo comprendido entre octubre de 2002 y octubre de 2003. La protección de la familia y la paz, son dos grandes preocupaciones del Papa y se confían a la Virgen mediante el rezo del Santo Rosario. Además, en la Carta Apostólica se introducen una serie de nuevos misterios, los llamados Misterios Luminosos, para ser rezados los jueves y dedicados a la vida pública de Jesús. Los nuevos misterios son los siguientes: el bautismo del Señor, las bodas de Caná, el anuncio del Reino de Dios (“Yo soy la luz del mundo” Jn 8,12), la Transfiguración y la institución de la Eucaristía.
Juan Pablo II, en la Carta Apostólica escribe lo siguiente: «Yo mismo, después, no he dejado pasar ocasión de exhortar a rezar con frecuencia el Rosario. Esta oración ha tenido un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes. Me lo ha recordado mucho mi reciente viaje a Polonia, especialmente la visita al Santuario de Kalwaria. El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo. Hace veinticuatro años, el 29 de octubre de 1978, dos semanas después de la elección a la Sede de Pedro, como abriendo mi alma, me expresé así: «El Rosario es mi oración predilecta».».
Parece una extraña, pero hermosa coincidencia que los nuevos Misterios Luminosos, que completan los gozosos, dolorosos y gloriosos, tengan en las Campanas de Auroros un símbolo también luminoso y con un significado muy especial: se trata del farol, que simboliza la luz de la fe cristiana y la esperanza de una nueva vida. El farol siempre está presente y encendido cuando los auroros entonan el canto de una salve, la cual suele finalizar cuando un hermano auroro proclama el saludo de toda la Campana hacia la Virgen, diciendo “Ave María Purísima”.
Me parece oportuno a este respecto y en este Año Luminoso del Rosario, reflejar y explicar para conocimiento de todas las personas que forman parte de la Hermandad de la Aurora de Javalí Viejo, lo que se recoge en la Constitución Segunda de las primitivas Constituciones de la Cofradía de María Santísima del Rosario del lugar de Javalí Viejo, las cuales, previa la licencia para su redacción concedida por el Santísimo Señor Obispo de Cartagena, fueron presentadas al Tribunal Eclesiástico para su aprobación si lo mereciese, en Javalí Viejo, a veintinueve de Marzo de mil ochocientos quince, por los siguientes vecinos: José Castaño, Diego Ballesta, Juan Hernández, Antonio Ballesta, José Pérez, Antonio Gómez, Pedro Robles y Cristóbal Hellín.
La Constitución Segunda está redactada textualmente del modo siguiente: “SEGUNDA. Que el Santísimo Rosario haya de salir por las calles del Lugar de Javalí Viejo, Anejo de la Parroquial de La Ñora, dos veces en todos los días de fiesta, la una por la madrugada antes de la Misa de alba que se celebra en dicho Lugar, y la otra por las tardes de dichos días en las horas más cómodas según la estación, llevando en dicho Rosario las insignias correspondientes, cantándolo o rezándolo con mucha devoción y compostura; y aunque en el que salga por las calles y tardes puedan concurrir mujeres, asistiendo estas en la forma debida y regular, de ningún modo se permita que las referidas concurran a los Rosarios de la Aurora que salgan por las calles, y si podrán rezarlo en la Iglesia en el interior, pues para dicho acto quedará un hermano que haga esta santa diligencia; y para el acto de convocar a los fieles a esta santa devoción por las madrugadas de los días festivos, dicha cofradía habrá de nombrar hermanos de bastante madurez, que hagan dicha convocatoria sin tropel, bullicio ni desenvoltura, procurando hacer este Santo convite con algunos cánticos jaculatorios, excusando otros que no sean reducidos a dichos fines.”
Se pone de manifiesto de forma clara, la obligación que tenía contraída la Cofradía del Rosario, de acuerdo con sus constituciones fundacionales, de sacar el Santísimo Rosario por las calles del pueblo (precisamente la calle del Rosario en Javalí Viejo arranca desde la misma Iglesia Parroquial) dos veces todos los días festivos. Como un paréntesis de mi exposición, quisiera dirigirme a los vecinos de Javalí Viejo que viven en la calle del Rosario, en este Año del Rosario, para pedirles que consigan tener una hornacina dedicada a la Virgen del Rosario, para darle un culto similar al que se dedica a la Virgen del Carmen en el Cabezo o a la Virgen de la Fuensanta en la calle de este nombre. Son numerosos los pueblos españoles, que aún conservan arcos devocionales para saludar a la Virgen cuando se salía al trabajo y cuando se retornaba del mismo, por no decir de la gran cantidad y variedad de ermitas, hornacinas y rincones con presencia de algún tipo de identidad religiosa. En esa tarea, pueden contar con la colaboración de la Hermandad de la Aurora para los cantos de Mayos, aguilandos, y salves a la Virgen en las despiertas.
Volviendo a la Constitución Segunda, cuando se cita la convocatoria a los fieles por la madrugada de los días festivos para asistir al Rosario de la Aurora anterior a la Misa de Alba, se está hablando de la despierta, tal y como se le conoce hoy en el entorno auroro. Precisamente, en la constitución Undécima se cita la figura del dispertador y de los celadores, “procurando que estos sean hombres de peso que puedan dirigir el Santísimo Rosario por las calles que convenga; y de estos el nombrar dispertadores, que cumplan con su ministerio en la forma prevenida; y juntamente será del cargo de los referidos celadores el nombrar cantores que canten el Santísimo Rosario en el modo más quieto y suave, sin multitud de voces que más sirven de perturbación y ruido que de dulzura y devoción; cuidarán además del aseo y limpieza de las calles por las que haya de transitar el Santísimo Rosario, advirtiendo a los vecinos de ellas, las procuren tener curiosas y limpias de todo lodo e inmundicia; y hasta tanto que no se verifique la limpieza y aseo de dichas calles, no se permitirá que el Santísimo Rosario transite por ellas.” Los cantores que aparecen reflejados en la constitución, la voz del pueblo pasó a llamarles auroros, por cantar a la Virgen de la Aurora durante el alba o aurora.
En un interesante artículo publicado en La Verdad el 20 de junio de 2001, en el suplemento Ababol, Don Antonio Díaz Bautista decía lo siguiente: “Los cantos de los auroros murcianos son un raro vestigio de polifonía religiosa antiquísima, que tanto por su interés histórico, como por su belleza y expresividad, debe ser conservado como una joya”. Alude al antecedente bizantino de la música, sobre todo por sus concomitancias con el canto propio de la liturgia ortodoxa griega, y lo hace con una explicación ciertamente razonada, aunque, como es lógico, sin que se pueda acreditar de modo histórico o científico. No obstante, tal afirmación o hipótesis, viniendo de una persona del calado cultural del Profesor Díaz Bautista, debe ser tenida muy en cuenta para futuras investigaciones.
Los actuales Auroros de Javalí Viejo, una vez rescatado el cantoral auroro de nuestro pueblo y de alguna forma consolidado en los nueve años de actividad, seguimos teniendo la ilusión del principio y esperamos poder seguir haciéndolo durante muchos años. Sabemos, que el efecto tiempo, tan devastador y destructor para tantos aspectos de la vida material y humana, tiene un efecto totalmente contrario cuando se trata de valores espirituales, propios de las obras de arte, las tradiciones musicales y las costumbres de los pueblos. En este caso, y así ha sucedido con el canto de los auroros, el paso del tiempo ha producido un enriquecimiento cada vez mayor, hasta el punto de constituir un legado cultural y artístico de gran valor y en consecuencia llegar a ser una seña de identidad de cada uno de los pueblos que mantienen viva su aurora.
Antonio Ruiz Gómez
Campana de Auroros
Javalí Viejo, octubre 2003